01 octubre 2009

LA CATAPICSIA BUENO PS, CATAFIXIA PARTE 1 ! ( Minerva P. Bañuelos Càrdenas)


Ella estaba allí, caminando sobre una calle cerrada., Poco después, se dio cuenta de eso, fijó su mirada en el reloj de su muñeca, y pensó – Es tiempo de volver, hace calor y aún no encuentro la inspiración.-- Es decir, ya tengo las ideas, unas en la pared de mi cuarto, otras volando entre el aire cargado de polución, es más, en este preciso momento ¡Ya tengo brillantes ideas! Pero, al parecer me he tardado en plasmarlas., ¿O será acaso que todavía no es el tiempo?
Minutos después, se dirigió a la avenida principal y tomó la ruta 676, rumbo al Norte de la ciudad.
Raramente es difícil no encontrarse con el disturbio urbano., Y es que, uno se va acostumbrando a los vendedores ambulantes: chicles por peso, lapiceras mágicas, tres canciones y una paleta y lo que guste cooperar. Al igual que, caridad precoz: mi madre me abandonó y ahora busco una monedita para comer, y que decir de los enfermos de enfermedad juro por Dios que sí: Mi abuelo esta enfermo tiene cáncer, necesitamos recuperar fondos para su tratamiento. En fin, un tornado de existencialismo.
Y bien, ya hasta flojera me dio de no más escribirlo pero, no podía olvidar esos rostros demacrados, ojeras tipo oso Towi en los estudiantes, en los trabajadores, en los ciudadanos. Que se ven indirectamente invitados al festín de los olores: olor a salón de clase, el olor al ensamble de un automóvil, olor a maquilas y colorantes, olor al alcohol y a la sangre, olor a la cebolla y al cilantro del desayuno de tres tacos por quince pesos. Sí, en realidad es una percha sensacional, y sobre todo o lo disfrutas o te acostumbras, por solo dos cincuenta en transvales o cinco pesos en efectivo.
Totalmente, Cristina se situaba en esa atmosfera pero, parecía que el Universo conspiraba a su favor por que dicho ruido visual y auditivo, no la inmutaba. Al contrario, parecía que su mente la seguía martirizando con sus grandiosas ideas, y su mirada estaba solo enfocada en la abultada cabellera de carrizos, que estaba enfrente de ella. ¿Sería posible que ese peinado, por decirlo así, le ocasionaría alguna inspiración? Puedo asegurar que sí.
Conforme la ruta avanzaba, el trafico empezó a congestionarse, y las llantas parecían moverse al ritmo de la canción de las tablas: 2 por 1 , 2, 2 por 2, 4 , 2 por 3, 6……del casete de Cri Cri.
De repente, una mano pálida timbró a la mitad del parque Unido. Cristina escuchó el estridente timbre, e inconscientemente se bajó en la siguiente parada. Sus pies tocaron el cemento quebrado de la banqueta. No obstante, esta vez parecía que entraba en la realidad con su alrededor, y cómo en los premios de Chabelo, se abrió una inmensa catapicsia o catafixia, para los que bien mejor hablan eda.
Continuará…….

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