30 abril 2009

Víspera del cambio (Minerva Patricia Bañuelos Cárdenas)

Despertarme temprano no es el problema, sino que, es el vivir el día a día en el mendigo colectivo. Ya me tiene harto el andar surfeando en el camión, en medio de los olores matutinos que son más agradables que de los de la tarde. Siempre pienso que debería dejar la preparatoria y conseguirme un trabajo para comprarme un carro.
Una de esas mañanas no pude adormecerme en la ventanilla, por lo fuerte que hablaba un integrante, sí, de esos que pertenecen al colectivo del arte de pedir con lágrimas dinero. Ya sea para su hijo en el hospital o para medicamentos costosos. Es que si hubieses visto, sentía que a propósito subía el tono de voz y esas lágrimas tan sangronas me causaban náuseas. No me dejó dormir ni cinco minutos. Erguí mis hombros y noté en el pasajero de a lado, una cara cansada con discretas arrugas. A mí nunca me había interesado entablar conversación con nadie del transporte, pero ese viejo me intrigaba. Decidí romper el discurso agudo de la receta médica del suplicante, con una pregunta que aseguramos muchos hacer, pero pocos contestar. Y este fósil resulto diferente.
-Y usted ¿que hace en esta vida?
Me despierta la alarma a las siete de la mañana, me pongo apresuradamente mi uniforme monocromático y mis zapatos brillosos. Nunca olvido colocar mi gafete en la pequeña mochila, también coloco mis cigarrillos y mi celular, el ‘’ladrillo’’, que así han bautizado mis compañeros del trabajo. Eso sí, bien que me lo piden a cada rato para hacer llamadas, y eso que tienen celulares lujosos, como la mayoría, ¡claro! pero sin crédito. Una vez teniendo todo en orden, estoy en la parada del camión a las siete y media. Consigo siempre sentarme en la parte de atrás, para ver si, así, logro dormir unos minutos de más, pero es imposible. En cuanto el camión pasa dos cuadras se sube el primer ‘’canta gallo’’, uno de los treinta y no sé cuántos, que dizque nos hacen el transcurso más ameno. Y pues tengo que admitirlo, también cargo con una pequeña libreta, en la que, voy anotando las canciones que no he escuchado, para cuando sea el viernes vaya al tianguis a conseguirla en cd‘s. Pues sí te dije, ¿no?, que este celular no tiene para radio. Y sin querer así se me pasa el tiempo más rápido. A veces, se suben de esos de pedir con lágrimas dinero, ya sabes, para su enfermito. En ese momento hago la caridad del día, uno nunca sabe lo que pueda suceder. Hoy tenemos trabajo, al rato quién sabe. En cuanto llego registró mi tarjeta, en medio de los alborotados empleados que también ya van justo a tiempo.
Me coloco mis guantes y cubre bocas, sujeto el trapeador entre mis entrenadas manos, y sigo detrás de mi otra compañera que ya va barriendo el piso. Al medio día, me tomo una coquita bien helada para aguantar el resto de la jornada. Cuando se llega la hora de la comida, siempre me sirvo caldo de pollo, ese que hace mi amiga ,‘’ la Floris ‘’ ,una cocinera que no mas por que esta casada, sino, ya le hubiese propuesto matrimonio . Allí me veras, sentadito en mi respectivo comedor, no mas viendo de reojo a las exquisitas enfermeras con sus impecables uniformes. Y uno que otro doctor tratando de seducirlas. Ya a esas horas me da algo de alegría, pues segurito que el reloj va marcar las cuatro para regresar a la casa. Así es en la semana, pero ya en los fines , me pongo todo galante para irme a echar un bailongo al Trópico. Quien quite y por fin se estrena la cocina de mi casa, esa que con mis puntos acumulé en el Infonavit.

¡Nooooooo¡… desperté gritando . Me puse mis pantuflas y encendí la televisión de plasma. Después me dirigí al espejo del baño y en voz baja susurré a mí mismo : sólo fue una horrenda pesadilla Sebastián.,Las clases en la preparatoria empiezan en la tarde., el auto nuevo que te dio tu padre esta en la cochera, y ya se que estabas pensando dejar tus estudios por un tiempo para viajar al extranjero, pero me duele en la inteligencia que alguien crea que las pesadillas alteran algo para un cambio

EL PASILLO (Magnolia Flores Tapia)



No sabría decir cuándo sucedió, son de esas cosas que solo te van pasando, pero, cuando te das cuenta simplemente ya no puedes parar. Mentiría si diera una fecha o un hecho exacto, pero el más claro en mi mente fue el divorcio de mis padres, quizás las cosas estaban mal desde antes pero yo solo recuerdo eso. Soy hija única y mi vida solía ser perfecta, acababa de cumplir quince años y de tener la fiesta perfecta de toda niña cuando ellos me lo dijeron, había problemas y se separarían… yo jamás los había oído discutir… cosa que cambió a partir de que lo hicieron sabes, era simplemente desgastante y más cuando los juicios iniciaron, y la pregunta eterna ¿con quién te quieres ir a vivir?... yo solo sentía que había vivido una farsa. Mis padres se ocupaban de sus cosas y yo de lo que podía. Parecía que era invisible y todo fue empeorando, no dormía mucho al principio y después solo quería dormir, no me daba hambre y prefería evitarlo.
Mi novio también terminó conmigo, se harto de mi aislamiento, de mi tristeza, de mi mal humor, era mucho para mí y fue mucho para él, un chico de 16 años. Sí, cambié mucho, yo era muy alegre y amable y todo fue radical… reía poco, era pedante y grosera; no comía, no salía y mis padres solo creían que era por la edad… debo admitir que tuve todos los regalos que quise, un coche entre ellos.
Un día discutí con mis amigos, solo por mi terquedad porque ellos siempre tuvieron la razón, por más seguro que me pareciera estar bajo mi cama tenía que salir de ahí… yo no lo comprendí y los corrí de mi casa… estaba sola, ahora sí estaba sola y no sabía ni como había llegado a ese momento, era increíble la desesperación que sentía, me sentía ahogar.
No sabía que hacer, y en ese momento me vi en el espejo… detesté la imagen, tenía quince años, estaba sola, tenía ojeras, estaba demacrada, tenía mucho que no me arreglaba… ¡me odie!… ¡me odie como nunca!, solo quería descansar y alejar esa imagen de mi vista, de mi memoria. Me sentía atrapada y cansada, muy cansada.
Debo confesarles que para estas alturas del relato yo… yo ya me había cortado un par de veces, era más fácil soportar un dolor físico que uno anímico y ya tenía cicatrices. A partir de este momento frente al espejo todo pasó muy rápido, todo son imágenes rápidas. Tomé la navaja que usaba normalmente e hice un corte rápido y lo más profundo que pude a mis muñecas para cortar mis venas, hice otro corte a la otra muñeca pero ya no fue tan preciso como el primero… fue una impresión enorme ver mi sangre correr pero no retrocedí solo me recosté sobre la cama, sentí frío y luego cerré los ojos y no recuerdo más… todo fue un sueño…
Me vi en un pasillo oscuro, el piso era a cuadros blancos y negros… en las paredes se veían cuadros, pinturas enmarcadas en bellos marcos dorados, pero las imágenes que se veían eran horrendas, grotescas, daban miedo y asco, rostros dolientes, desolación, tristeza… no podía ver nada más allá de los cuadros que se iban iluminando por donde yo pasaba y una pequeña luz al fondo de ese pasillo, la cual jamás se acercaba, siempre era igual de pequeña.
Comenzó a darme miedo por esas imágenes, cada vez eran más horribles, hasta que de pronto me comenzaron a ser familiares, eran mis miedos, mis tristezas y al final yo misma pálida y rodeada de sangre que escurría por mis venas, no pude más, quise salir de ahí y comencé a correr, quería llegar a la luz pero nunca podía acercarme ni siquiera un poco, estaba desesperada y empapada en llanto, las imágenes pasaban frente a mi rodeándome, jamás me golpeaban pero no se iban… hasta que topé en algo… un espejo… todos esos cuadros me rodearon flotando a mi alrededor y vi mi imagen, demacrada, triste, empapada en llanto, rodeada de cosas horrorosas, ni una sonrisa, ni una mano amiga, solo dolor, y empecé a pensar en lo bueno que había dejado… en ese instante yagas se abrieron en mis muñecas, la sangre empezó a correr a chorros, palidecía muy rápido y me comencé a debilitar en un instante, no podía seguir más tiempo ahí, como pude rompí ese espejo… la luz jamás se acercó y yo abrí los ojos en aquel cuarto de hospital, cansada, débil, con frío y ante los ojos llorosos de mi madre, el rostro preocupado de mi padre y la mirada de doctores y enfermeras… entonces fui libre y sonreí.

UltraDieu H510

Anoche soñé, me hablo Dios, en apariencia es muy distinto de lo que yo tenia pensado, era una gran araña mecánica con cabeza de muñeca vieja, y aunque tenia voz de robot, yo logre reconocerlo por la desesperación evidente en su mirada, le pedí permiso para hacerle una pregunta, el respondió con un lamento ultratecnologico que si, pero solo podía hacer una, una sola pregunta. Y ahí estaba yo frente a Él con la responsabilidad de toda una raza sobre mis hombros, debía resolver con mi pregunta todas las dudas del hombre con respecto a la creación, la evolución y el Apocalipsis.

Lo primero que hice fue obtener una silla de madera y sentarme a contemplar sus patas de acero, eran realmente fuertes y brillantes, tanto que quise llorar. Todo en aquel sitio parecía muy tranquilo, no me atreví a preguntar donde estaba, temía echar a perder mi oportunidad cuestionando tal trivialidad, y aunque me miraba paciente, esperando mi pregunta, entre en pánico inmediatamente, ¿y si despertaba antes de preguntar? Por lo que avente una pregunta al aire, lo primero que me vino a la memoria, ¿Cuándo te volviste artificial?

SUBCONSCIENTE (Por: Blanca Dayane Castro)




Las luces de halógeno dieron directamente en mi cara, se escuchaba una música tétrica que venía del interior del vehículo, corrí sin rumbo, esquivando los árboles de un espeso bosque que dio paso a una iglesia del siglo XII. Los vitrales estaba iluminados por velas y los cánticos no alentaban mucho el ánimo, mi atuendo había cambiado ya no llevaba esos jeans desgastados que siempre uso, si no un vestido decorado con estrellas y lunas. De la iglesia salieron unos monjes sin rostro y escuché decir: “es una bruja, atrápenla”… yo corrí de nuevo pero el vestido se atoraba con las ramas que me encontraba y por mirar atrás caí en un precipicio y caía y seguía sin fin hasta encontrarme con un cielo de relojes que me avisaban que iba a llegar tarde, a dónde no sé, pero que era tarde y yo simplemente no podía despertar.
Siempre me despierto en la segunda ronda de la alarma de mi celular, hoy fue un día ajetreado y me dormí temprano… empecé soñando con relojes que daban la hora, subiendo por el cielo hasta llegar a un bosque donde escapaba de unos monjes que me acusaban de bruja, por fortuna me escondí en una iglesia del siglo XII pero tuve que salir al atardecer caminando por un bosque… de repente unas luces de halógeno hicieron que despertara.

La entrevista (Carlos Castro)

Pregunta: ¿Qué ocurre?
Respuesta: No lo sé, pero tengo miedo.
Pregunta: ¿Qué es eso que llevas ahí?
Respuesta: Mi medicina.
Pregunta: No. Me refiero a eso que llevas ahí.
Respuesta: ¿Por qué me mortificas?
Pregunta: ¿Por qué me mientes?
Respuesta: ¿Cómo te atreves?
Pregunta: ¿Aun me amas?
Respuesta: Al verte siento un dolor en el pecho.
Pregunta: Exactamente.
Permíteme besarte.
Respuesta: Pero primero recuéstate sobre mí.
Pregunta: ¿Qué es este ruido?
Respuesta: Lo he padecido desde niña. Dicen que mi tatarabuela también lo padecía.
Pregunta: Se está moviendo.
Respuesta: Es natural.
Pregunta: ¿pero por qué me aterra?
Respuesta: Amalo como a mí. Después de todo es parte de mí.
Pregunta: Me siento cansado. ¿Podemos dejar esto para después?
Respuesta: Sueña, tierno hombre.
Pregunta: Algún día seré grande y te construiré un castillo y te daré todo lo que desees.
Respuesta: Algún día...

20 abril 2009

Finca "Los 3 Sapos"


Miguel Esteban Zuloaga Ríos era el último habitante de la finca “Los 3 sapos”, nunca supo a ciencia cierta porqué se llamaba así ese lugar, en realidad siempre lo odio, de hecho ni siquiera le gustaban los sapos.
Ahora a sus poco más de 20 años era el último descendiente de tan rico abolengo Zuloaga, al menos el único varón para desgracia de su familia pues se parecía muy pero muy poco a sus antecesores y lo único que tenía en común con su bisabuelo, abuelo y padre era el nombre “Miguel” y el apellido “Zuloaga”, para empezar él no había estudiado ni leyes, ni administración, él había estudiado un poco de arte y otro tanto más de idiomas, dominaba el inglés a la perfección, además sabía Italiano y alemán y estaba próximo a aprender portugués y francés, solo en cuanto lograra decidirse. A veces se decía a si mismo a modo de burla que estudiaba tantos idiomas por esa necesidad de entender a los demás y de entenderse a sí mismo. Algo de verdad habría en esa burla.
Ahora que se había quedado casi solo no sabía ni qué haría. Todos esperaban mucho de él, esperaban tanto… menos lo que él podía o quería dar. Así que, con el ánimo de aclarar su mente preparó su maleta y en el más absoluto silencio tomó sus ahorros y un poco de su herencia y se fue a París… no sabía francés aún, pero algo le llamaba de esa lejana tierra.
Llego un jueves por la tarde, fue un vuelo largo. Ubicó sus maletas y salió del aeropuerto… inmediatamente sintió el viento fresco en su cara que agitó su cabello y que olía a algo dulce… tal vez a libertad. Inundó sus pulmones con esa frescura.
Como pudo pidió un taxi e indicó el nombre del hotel en donde se hospedaría, quizás, después buscaría un departamento. Se instaló en el hotel haciendo un poco de su inglés para no darles más trabajo a las recepcionistas, juró que lo usaría solo lo indispensable. Oscureció pronto y el cansancio lo hizo dormir. Al día siguiente despertó descansado, maravillado y listo para recorrer la ciudad, se sentía como un niño en una juguetería.
Recorrió calles, restaurantes, plazas y casi al atardecer entró a un pequeño café justo frente a la Torre Eiffel, se sentía totalmente libre, como nunca. Ordenó algo para comer y beber y después se sumió observando a su alrededor, de pronto una melodía extremadamente bella lo sacó de su estupor y se quedó inmóvil, escuchando hasta que alguien tocó su hombro, era una de las meseras de ese café, una chica de cabello en extremo rubio, ojos azules, coleta de caballo y pecas en la cara.
Ella le tendió la mano, él se la dio y ella lo jaló para indicarle que se levantara al tiempo que le hacía una seña que se entendía como un “guarda silencio”, de pronto lo jaló al centro del lugar sin soltarlo de la mano colocó sus manos alrededor de Miguel y le indicó donde las pusiera él, e iniciaron a bailar. Él se dejó llevar, sintió la música, el fluir de la sangre de su compañera, e l viento que refrescaba el lugar y movía sus cabellos, y se olvido de la gente, se olvido de él y de todo.
Terminó la pieza musical, su compañera le agradeció con un gesto al que él respondió, después pagó lo que había ordenado y se fue caminando hasta su hotel que estaba muy cerca de ahí, aún se sentía en las nubes, su mente había quedado en blanco, había sido él, había probado la libertad a lo largo de una canción francesa. Caminaba con una sonrisa en los labios, disfrutando de la noche, del viento, del ruido y del haberse encontrado a sí mismo, lejos muy lejos de “Los 3 Sapos”.

NOTA SUICIDA DEL úLTIMO MONJE TIBETANO (Samsa)

23 de mayo de 2047
Asesinato

Tierra.
Cemento húmedo.
Panzas inflamadas de tres sapos con pelo.
Un pie.
Mi pie.
La caricia.
Su piel seca que se adhiere a la uña.
Un cachorro de algodón.
Olor a leche.
El cálido soporte de los senos de una madre.
Comezón en el paladar y la nuca.
Olor a vomito.
Azoto el piso con los tres sapos.
Chorros de pintura.
Grumos.
Olor a carne adobada.
El llanto de un pollo.
El llanto de tu madre.
Su cabeza rodando por una colina de piel de venado.

Solo.

Su caricia en la espina dorsal.
Un escalofrió.
La dichosa comezón.
Un gesto de paz.

Adiós…
Gracias.

3 SAPOS PARA LEONOR (Por: Blanca Dayane Castro)




- Esos 3 sapos tendrán que servir.
Dijo una voz anciana en tono de pesar.
Leonor nació literalmente en un día eclipsado, toda su familia cercana estaba viendo la televisión mientras ella luchaba por salir a conocer este mundo. Aún en pleno siglo XX la gente decía que Leonor estaba hechizada, pues entre otras cosas aprendió a hablar tarde y cuando lo hizo sus padres se cuestionaban de dónde sacaba tantas palabras extrañas, por ejemplo, a la edad de 4 años le dijo a su padre:
- Un neumático ha expulsado el aire de su interior
Sus padres aunque educados no repararon en el significado de la frase hasta que el dichoso automóvil empezó a ir mas despacio y a ladearse. Después de hablar aunque sea una frase Leonor callaba durante muchas horas, sus ojos vivarachos seguían las palabras de los demás.
Acudieron con muchos doctores pero ninguno encontró anomalías en ella, todo estaba perfecto y por si fuera poco su coeficiente intelectual estaba alto lo que descartaba una enfermedad mental.
Los años pasaron y Leonor se convertía en una hermosa adolescente, un día su mamá le preguntó si tenía novio a lo cual contestó:
- Este es un lapsus de mi vida de extrema importancia como para obtener esa clase de responsabilidades idealistas.
Su madre quedó pasmada y un miedo recorrió su cuerpo, no pensaba ni por un minuto tener una solterona en su casa. Empacó sus cosas junto con las de su hija, compró 2 boletos a un pueblo lejano y olvidado de la civilización. Hace casi 15 años que no regresaba a ese lugar pero lo veía como la única esperanza de que su hija regresara a la cordura.
Su abuela revisó a Leonor de pies a cabeza y la dejaron en el patio trasero para conversar en el comedor, la abuela sirvió 2 tazas de café y al fin dio una conclusión:
- Sabes hija, Leonor tiene demasiada percepción de este mundo. Si quieres que se le quite tendremos que hacer un ritual. Mira, yo no sé porqué bendita causa los sapos sirven para espantar demonios. Hay que conseguir 3: uno, para perder la inocencia, otro para que conozca las palabras vacías que ella nunca pronuncia y otro más para que deje de prestar atención a toda la información que sabe.
La anciana dio un sorbo al café.
- Esos 3 sapos tendrán que servir
Las dos observaron a Leonor mientras ella recitaba el nombre científico y las propiedades de cada planta que se encontraba en el patio.

Un lugar en Siberia (Jonathan Mata)

Voy a aprovechar que duermes para llevarte a 3 lugares que quiero que conozcas, se que estando despierta no accederías a mi deseo, por lo que no dispongo de mucho tiempo para preparar tu viaje.

Estamos en un sitio que tu ya conoces, es la casa donde diste tus primeros pasos, te traje aquí porque estas por dar tus primeros pasos de camino a un nuevo mundo. Frente a ti hay 3 sapos, en apariencia son iguales, pero nada es más erróneo. Quiero que al palmear mis manos despiertes dentro de ti, ya que físicamente no es posible, que te acerques al primer sapo y metas la cabeza dentro de su boca, probablemente no notaras ningún cambio, al menos en la materia, pero sentirás un calor especial, un calor que solo te brindó el vientre materno, lo que escuchas no son los latidos del sapo, son los latidos del corazón de tu madre, no puedo pedirte ausencia de conciencia, no te engañaré, puedes sentir odio al escuchar el latir incesante, pero mira bien a tu alrededor, mas tarde necesitaras recordarlo todo. Saca la cabeza.

Ahora que reviviste una atmósfera que tal vez no recordabas, es hora de pasar al segundo sapo, el proceso es el mismo. A diferencia del primero, vives una experiencia de colores, sensaciones y novedades, mira todo bien porque cambiara antes de que saques la cabeza. Tus sentidos se atrofian casi de inmediato, los colores se opacan y sientes el aliento nauseabundo del sapo, es exactamente el mismo sitio, el lugar está intacto, pero tu cambiaste tu manera de verlo, es culpa tuya sentir repulsión por este espacio que temporalmente habitas, quisiera decirte que antes de que salgas de ahí todo cambiará, pero no es verdad, si es posible hacerlo cambiar, pero tu eres incapaz. No te voy a decir cuando salir de ahí, eso será un proceso natural, propio de quien lo experimenta.

Muy bien, ahora que no resistes mas es hora de ver algo que no conoces, entra en el tercer sapo, te diré algo, este ultimo sitio es metafísico, pero le daré una forma familiar para ti, te dará la sensación de estar en Siberia, cada quien experimenta una forma distinta, te repito, no es real, este sitio es distinto a los dos anteriores, porque estarás aquí el resto de tu existencia, espero que hayas observado con detenimiento los otros dos estados, porque estas en tu memoria y para subsistir aquí solo te podrás valer de lo que hay en ella.

Como lo he hecho durante todo el proceso, seré sincero contigo, normalmente al momento de transmutar la materia, se le da a elegir a cada quien el sitio donde quiere permanecer para siempre, pero en tu caso no será posible, porque despreciaste tu origen y deformaste ese paraíso a tu propia conveniencia, así que lamentablemente solo te quedará el ultimo sapo, el mas grande, frío y ajeno, el sitio de tu memoria, ahí podrás dibujar todos tus recuerdos en la nieve, puedes dibujar tus malos actos y observarlos, pero lamentablemente aunque borres tu dibujo, no podrás borrar tu recuerdo, te recomiendo un ejercicio, dibuja tu vida y luego busca el momento justo que te condenó a Siberia, cuando lo encuentres te darás cuenta del precio que pusiste a tu eternidad, no te ayudará a salir de ahí, pero a veces es bueno encontrar el punto exacto de donde zarpa nuestra miseria.

Me despido querida Antonia agradeciéndote por ser tan accesible en esta experiencia nueva para ti, me alegra haber terminado justo a tiempo, aunque debo admitir que es una lastima que tu hija decidiera desconectarte.

10 abril 2009

Confesión de un hombre post moderno a unos tacones (Carlos Castro)

Estoy incompleto. Desde la infancia algo me falta. En cada respirar se amplia más la caverna. En cada respirar se me va la fe. Con cada respirar muero. Llegará el día en que se extinga por completo y me quede como el capullo después de cumplir su labor. Un día seré un fósil. Solo pienso en ese momento, solo pienso en el final.

Desarrollé una coraza que disminuye el dolor. Una fe actuada. Una actuación que me ha galardonado con el respeto y admiración de quienes me rodean. Una actuación que me cataloga en sus mentes bajo la etiqueta de hombre perfecto, mientras que solo soy un acomplejado más del síndrome del niño perfecto. Soy, como diría Dostoyevsky: la criatura más capaz para la adaptación. El mejor actor. Mi pena es callar la verdad porque necesito de ese papel, de esta posición ante sus ojos. Porque me ayuda a dilatar mi pérdida. Me humaniza.

Pago esta farsa con la soledad.

Te tomo la mano y descubro que jamás me había sentido tan apartado de ti.

¡Oh, amiga escritura! Sin ti me intoxico. Sin ti vuelvo a ser el bulto.

09 abril 2009

Te quiero Benjamin (Jonathan Mata)

¿Sabes que Benjamín? Odio cuando mis padres se van de vacaciones, simplemente lo odio, no se si te ha pasado que cuando has convivido mucho tiempo con gente llega el punto en el que dices Si me quedo solo un día voy a andar desnudo por la casa, comeré en la sala viendo la televisión y pondré mi música lo mas fuerte posible para bailar con el maquillaje y los tacones de mi madre… Pero cuando realmente pasa no haces nada de eso, simplemente dejas ir el tiempo como cualquier otro día.

Mis padres se fueron hace 3 horas pero ya me siento solo, y estoy aturdido por el silencio, no es que no me sienta solo cuando ellos están, pero por lo menos los escucho andar por ahí, aunque todo estará bien mientras estés conmigo amigo mío.

Ayúdame a recordar, ¿hace cuanto que no tengo novia? ¿5 o 6 años? ¡Que jodido! No me gusta estar solo porque pienso en mi miseria, tengo 34 años y no tengo nada, ojalá hubiera sido mas valiente en la vida, al menos tendría sexo eventualmente sin necesidad de pagar por el, y lo peor es tener que pagarlo con dinero que me da mi padre. Tu sabes todo de mi Benjamín, no hay secretos entre nosotros, ¿crees que he hecho bien? Anda, dímelo, tu me conoces y sabes que no me molesta tu opinión, se lo que piensas, tal vez debí sufrir mas en la vida, a veces deseo las experiencias de los niños maltratados, siempre tienen algo que contar, pero que mas da.

¿Sabes que Benjamín? A veces quisiera nunca haberte conocido, eres el reflejo de mi pobreza y mi tristeza, hay ocasiones en las que te maldigo y te desprecio, pero sin embargo aun recurro a ti, como desde hace veintitantos años, pero tu no tienes la culpa, a fin de cuentas tu me has acompañado en este trayecto de insatisfacción, eres el testigo de mi descomposición, perdóname por lo que te dije, eres mi mejor amigo, eres lo mejor que me ha pasado en la vida, tan solo me molesta que no me hayas advertido el rumbo que me avecinaba, pero ¿como me lo vas a advertir si eres parte de mi mente?
si ni siquiera eres real. La vida es una mierda cuando se tiene que inventar a los amigos, la vida es mierda cuando se vive tan solo. Te quiero Benjamín, dame un abrazo por favor y perdóname otra vez, no era mi intención ofenderte.

LUCY (Por: Magnolia Flores Tapia)



Esa chica era algo especial, Lucy creo que era su verdadero nombre. Gustaba de inventarse nombres y acentos extranjeros, cosa que hacía bastante bien. No era de este país, pero tampoco podría decir de cuál era.
Era bastante alegre para estar… tan sola, tiene 5 años viviendo en este edificio, son los mismos que tenemos de conocerla y jamás hemos visto que vengan a visitarla, ningún hermano, hermana o padre, ningún familiar. Pocas veces ha salido de vacaciones. Por suerte tiene muchos amigos y constantemente nos dice que todos sus amigos somos su familia; esa familia de la que nunca habla, aunque un dejo de melancolía siempre está ahí cuando sale a colación el tema, pero calla, al final sonríe y ninguna palabra se escapó al respecto. Incluso, tampoco le hemos conocido novio alguno, en 5 años eso sí es increíble, es una chica realmente bonita, pero suele decir que no cualquier chico la merece que ella es especial y que merece a alguien igualmente especial, y cuando ese chico llegué ella inmediatamente lo sabrá y él inmediatamente la reconocerá, que ese era su don. Un don que parecía ser sacado de un cuento de hadas.
Vivía adorando el arte y siempre traía un libro entre las manos, a veces tenía la mala costumbre de caminar mientras leía o de leer mientras caminaba. Era realmente asombroso, era como si viviera entre el mundo real y un mundo fantástico. Ella era mesera, una de las mejores; amable, atenta y siempre sabía como comportarse con la gente (yo creo que era ese su verdadero don), callaba con quien huía del ruido y hablaba con quien huía del silencio.
Mi hija Samantha la adoraba y Lucy también quería mucho a Sam, decía que era su mejor amiga y seguido estaban juntas a pesar de la notoria diferencia de edad, mi hija tenía 13 años y Lucy 26, pero se llevaban tan bien que daba gusto verlas. Una tarde llegó Lucy y encontró a mi hija sentada en las escaleras inmediatas de salida de mi departamento, sin más, se sentó junto a ella y le dijo: Hoy venía a casa y me encontré con un cafecito pequeño, bastante agradable, algún día te llevaré, es que tiene una decoración divina, muy fantástica y… estaban tocando tango, que canciones más hermosas – dijo con un fino y fiel acento argentino aprendido quién sabe dónde, después se levantó y se fue, estaba como en las nubes.
Por ese entonces Patrick, otro joven extranjero, Irlandés, vivía ahí mismo en nuestro edificio, era músico, y uno muy talentoso tocaba a la perfección 3 instrumentos y de otros 2 tenía nociones, el que más le gustaba era el saxofón, tenía 30 años aproximadamente, él también estaba solo y constantemente - según le contó a mi esposo – cambiaba de lugar de vivienda, eran ya varios los países en su haber; Grecia, Italia, España, Francia, Argentina, Canadá. Vivía justo en el departamento frente al nuestro y aunque Lucy jamás lo notó, él quedó prendado de ella.
Esa noche Patrick salió a su balcón y tocó, primero algunas especies de tangos y otras melodías preciosas, unas conocidas y otras que parecían ser de autoría propia, de ese trotamundos como él solía llamarse. Él tocó esa noche y muchas más, no importaba el instrumento, siempre iniciaba con un tango.
Era un buen chico, su mirada era muy cálida, su trato era muy amable, su mirada era un poco triste pero sus ojos eran preciosos a juego con su piel y cabello. Trabajaba en un bar y a veces acompañaba a los músicos que ahí tocaban.
El universo conspira y junta a las personas adecuadas en el momento adecuado, es sorprendente como en un minuto por diversos motivos las personas coinciden y en un solo minuto cambia la vida y dos soledades se juntan para hacer una compañía.
Era extraño que Patrick saliera de su casa a esa hora de la mañana, él iba saliendo de su departamento, yo acababa de llegar de dejar a Samantha en la escuela y Lucy bajaba por las escaleras rumbo a su trabajo… y todo paso en cámara lenta, mi presencia fue la última en ser notada pues el movimiento para bajar el último escalón de la escalera se acompasó con el movimiento para cerrar la puerta y el justo girar para que Lucy y Patrick quedaran por primera vez frente a frente.

ECOS DEL TIEMPO (Por: Blanca Dayane Castro)




Tic, tac. Tic, tac. El reloj de la catedral marca el paso del tiempo. El aire de febrero recorre la casa con las puertas entreabiertas, los cuartos llenos de telarañas que ha acumulado el tiempo, pero ya es demasiado tarde para volver atrás. Un chorro de sangre cae lentamente, aquel era el último habitante originario de esa comarca y ahora estaba muerto.
El reloj de la campana marcó las seis de la tarde y el tañer de las campanas se perdió en los callejones. El eco de unos tacones resonó en la plaza, cruza observando el pueblo y se marcha de la ciudad.