10 septiembre 2009

De hoja en hoja se acaba el libro. Por Samsa

Una cueva. En su interior un hombre. En el hombre una idea, una espera, un motivo por el que rascarse la barba se libra de pretensión intelectual.

Provocando la perdida de pelo en su espalda una mochila manifiesta visiblemente un movimiento peristáltico de sus vísceras. Con un piquete pretende ofuscar lo inevitable, lo que tendrá que pasar.

Entre sus pies, secuestradas por la gravedad, un par de hormigas patrullan siguiendo un circuito laberíntico, van, regresan, caminan por donde mismo, más nunca en reversa, siempre al frente.

No tiene sentido, le dice el sentido común. Algo esta por ocurrir, le dice la superstición. Y en verdad algo esta por ocurrir. Algo esta por aterrizar. Algo que oscurecerá el interior de esta caverna e iluminará la bóveda debajo del cuero cabelludo, debajo del hueso.

En siete minutos atravesará la atmósfera y contagiará todo. En siete minutos se escurrirá entre el espacio que existe entre las células, zona que se dilatará haciéndolas rotar. Después del giro parpadeará en mil novecientos ochenta y cinco, en el momento preciso en que ella le sonríe y a él se le congela la planta del pie izquierdo, siete minutos antes de leer: Fin.

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