10 agosto 2009

MARINA: (Por: Magnolia Flores Tapia)



Desde que te fuiste de esta ciudad todo se quedó más triste y aunque siempre te extraño, desde tu última carta te he extrañado más, creo que te necesito más que nunca, mi mamá no entiende que esté tan triste por tu ausencia, dice que volverás a visitarme y que me dejará a mi también visitarte cuando tú no puedas venir, pero aún así te extraño… a veces creo que los grandes no entienden nada. Realmente la colonia es aburrida con tu ausencia. Que suerte que tu casa la ocupan un matrimonio de viejitos, hubiera reventado de coraje al imaginar que alguien más pudiera ocupar tu habitación, te imaginas que llegara ahí a vivir una chica engreída, de esas de las que les gusta mucho el color rosita y cambiara el color de tu cuarto, pegara sus posters de principitos insípidos y lo dejara todo totalmente acomodadito… sí, que llegara una de esas tantas niñas que detestamos. Como me acuerdo de ti cada que paso por tu casa, ¿recuerdas que diario por las tardes iba a visitarte?, cuando estábamos más niñas nunca salíamos sin nuestras muñecas favoritas, yo siempre andaba con mi Bartola y tú con Lola, comíamos helado, jugábamos a la comidita, lanzábamos globos con agua en verano, asábamos bombones algunos fines de semana, ¿lo recuerdas?... es como si lo viera de nuevo dibujando en esta hoja en que te escribo a ti y a mi acampando en tu patio trasero. Y también esas carnes asadas que organizaban nuestros padres, juntas desde en la mañana, ayudando a preparar la ensalada, jugando y corriendo por todos lados, a veces hasta te venías a mi casa a dormir.
No sé cuándo dejamos de ser esas niñas, no sientes a veces como que te desconoces, yo sí, es como sí por más que me viera en el espejo no logro adivinar a quién estoy viendo, veo todo diferente… me repiten una y otra vez que ya no soy una niña… sí por lo que te conté la carta anterior, por esa mancha alarmante que apareció en mi cama, pero yo aún me siento como una niña y a la vez no, ¿tú entiendes eso?... últimamente estoy llena de preguntas que no puedo responderme. De verdad me has hecho mucha falta, sí, en la escuela me sigo juntando con las mismas de siempre y con los mismos niños también, pero ¿te cuento algo… juras no decírselo a nadie Marina Liliana Villalobos Cortés?... ok, estoy segura de que en este momento levantaste tu mano según lo hacíamos en cada juramento de mejores amigas… también sigo juntándome con Damián, pero el otro día no sé por qué lo vi de manera diferente, como que se veía muy bien… se puso perfume y olía rico, dice que se lo regaló una de sus tías y además sentí maripositas en el estomago y mi corazón latió muy fuerte, así como me contaste tú que sentiste al ver a tu nuevo vecino. Pero es que desde niñas conocemos a Damián, ¡te acuerdas que hasta se nos hacía un niño muy aburrido?... por qué no habré sentido esto antes… ¡¿será que nos estamos haciendo adultos?!.. ¡no, que miedo, ellos nunca entienden nada!, te imaginas a nosotros creciendo así de rápido como en la película de Alicia en el país de las maravillas, y de pronto tener que preocuparnos todo el día, tener mala cara y… ¡tener hijitos!. Marina, cada vez hay más cosas que no comprendo y extraño tanto tenerte cerca, extraño tanto nuestras tardes, ahora casi siempre me la paso sola o a veces me visita Damián, sí, es con quien más he platicado… pero no es lo mismo, jamás será lo mismo, cada día me reconozco más, cada día entiendo menos cosas. Sabes el otro día así sin más empecé a llorar, sí, así como lo lees, yo llorando, pero es que escuché una canción tan linda… ves, te digo, creo que soy cada vez menos yo o ¿tú que crees?... ¿tú también te has sentido así?... no sé por qué nos separaron… extraño esa niña que solía ser, sin lagrimas, con helados, con bombones… con mi mejor amiga. Te extraño Marina, solo quiero que se llegue pronto el verano para ir a visitarte… quisiera ser pájaro, tener alas y volar… mira te mando una foto del avioncito que me hizo Damián un día que estaba muy triste en clases… dice que es el “Aeroplano Flor”, como yo, ya ves que desde siempre le han gustado los aviones y dice que cuando tenga su avión o pueda ponerle el nombre a uno le pondrá mi nombre, no creo que eso suceda pronto pero mientras tanto me hizo uno de papel.
Bueno, creo que por hoy ya debo dejarte, llegó mi papá y me va a llevar por los audífonos que me prometió, esos enormes de diadema como los del recorte que te mande. Te escribo mañana. Te extraño y te quiero mucho amiguita… no te olvides de escribirme… espero tu carta y cuéntame más de ese tu vecino…

Tu amiga eterna…
Flor…
¿quién más?

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