10 junio 2009

TIEMPO PERFECTO - (Por: Blanca Dayanne Castro)


Me sonreía desde el reflejo de un edificio, no sé como llegó hasta ahí esa mirada que siempre inspeccionaba el oeste de la ciudad pero inequívocamente atraía mi atención desde las 9 de la mañana. Abría mi persiana con el único propósito de grabarme en la mente su figura tan perfecta, tan equilibrada que me recordaban los años del renacimiento, donde todo se hacía perfecto dentro de un ambiente romántico y humanista.
Paulatinamente me enamoré de su sonrisa, pero seguía sin saber porqué cada que abría mi persiana veía su perfil, el mirar su atuendo me transporta a otra dimensión y entonces imagino que nos conocemos y sabemos nuestros nombres y nos besamos al atardecer bañándonos en las aguas de un insólito lago.
Un día me aventuré y pasé muy cerca de su lugar, mas no podía acercarme, mas sin embargo, ahora pude ver su cara, sus facciones inmutables y sus ojos que guardaban los secretos de hace más de 10 años. Quise decirle mi nombre, presentarme como es debido pero las palabras se atoraban en mi garganta, di un paso adelante y mis pies se tropezaron con una fuente provocándome una estrepitosa caída. Todos me miraban, me retiré antes de escuchar cualquier comentario grosero o burlesco, regresé a la privacidad de mi oficina donde de nuevo su perfil tan exótico invade mi vista, sin saber su nombre o su procedencia pero con la certeza de que estará ahí por otros 10 años mas.

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