Mi nombre es Raúl, tengo 40 años y el destino me trajo acá. Mi historia es simple, soy escritor, me gusta la novela policíaca, pero descubrí tarde mi vocación y eso me ha traído más problemas de los que imagine. Bueno, yo era un agente de bienes raíces antes de todo, ganaba lo suficiente para llevar una vida apacible, tenia 35 años en aquellos días, era de lo mejor, me encantaba hacer mas y mas dinero, me encantaba la idea de ser el mejor, trabajaba en exceso para lograrlo pero un día me vino un ataque de pánico que me hizo tomar un par de meses de incapacidad, y mientras trataba de recobrar la calma me di cuenta de que mi vida era un desperdicio de tiempo, que no estaba haciendo de mi vida lo que quería y que solo estaba acumulando el dinero, así que tome la decisión de dejar el empleo que me llevo a caer en reposo para hacer algo que me divirtiera de verdad, busque distintos tipos de arte, pero escribir era lo mas practico, tomar un papel y una servilleta incluso bastaban para desarrollar mi talento, al día siguiente deje el trabajo y me concentre, tenia suficiente dinero para sobrevivir un año.
Paso un año entero, no tuve una sola buena idea y ya no tenia dinero, pero me sentía bien, estaba creando, llevaba un estilo de vida muy bohemio que me hacia sentir en Paris. Logre con el pasar de los meses que me publicaran en un diario local y eso me motivo, pero fue lo único que conseguí, no volví a tener una buena idea en meses. Solía ir al banco estúpidamente para ver mi saldo, esperando que mágicamente la cantidad aumentara, pero nunca pasó, lo que si paso fue un episodio de ansiedad que cambiaria mi vida.
Al ver la cuenta en ceros mi vida llego al fondo, sentí miedo, vi la muerte soplándome el cabello, hambre, soledad y toda clase de cosas tormentosas, sentí ganas de huir, pero lo que hice fue acercarme al guardia de seguridad, tomar su arma y dispararle 5 veces en la cabeza, de inmediato las alarmas se activaron y no supe mas de mi. Paso un buen tiempo para recobrar la lucidez, estaba preso desde hacia no se cuanto tiempo, pero la verdad es que es lo mejor que me pudo pasar, había miles y miles de historias que contar entre los internos, todos tienen vidas detrás que son dignas de contar, intento escribir lo mas que pueda para poder publicar un libro de relatos desde la prisión, pero no creo que haya tiempo porque mañana me van a ejecutar.
30 marzo 2009
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