02 marzo 2009

Mensaje de Samsa

Juramento:

Me he contagiado y es tu culpa. Me has hecho enfermar. Te detesto. Me he convertido en ti y por ello me detesto.

Unos colmillos trituran un cráneo. Ojos en el piso, a cinco metros de separación uno del otro, observan al cerebro imitar una babosa. Se escurre por el muro dejando vida en forma de baba. Dejando memorias que se mezclan con el concreto.

Tengo una obsesión. Una obsesión contra ti. Una obsesión contra mí. Una obsesión a favor de mi alma. A favor de lo que queda de ella.

Somos cómplices. Porque te dejé entrar y me tomaste rehén. Me doblé a voluntad. Hipnotizado fui… hipnotizado soy.

Seductoras notas me transformaron en su intérprete.

Y una mañana noté mi metamorfosis. Aquella mañana bramé. Aquella mañana tomé un hacha y me partí en dos, desde la frente disloque el coxis.

El cadáver reposó en el piso y de los órganos, sangre y excremento creció otra forma de vida. Una nueva forma de vida con una obsesión.

Te he de aplastar. Te miraré como quien mira a un insecto, sometido a la falsedad de la superioridad.

Te destruiré, tomaré tu lugar y destruiré tu legado. El mañana olvidará tu existencia. Mañana serás nada.

Las cadenas se convierten en polvo.

Pasado mañana, cuando mis hijos imaginen, tomaré el mismo rifle que dislocara tu mandíbula y evaporizara tu nuca y haré lo mismo con mi cuerpo. Así aseguraré su libertad. Porque en mi juramento solo he desperdiciado palabras. Porque merece más.

El universo tiene una obsesión: La justicia.

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