01 febrero 2010

LA VERDAD (Primera y única profecía de Rantes Cachemira) Editor y corrector de estilo: Carlos J. Castro

Permítanme penetrar en las viscosas mentes, en las secas, en las polvorientas, en las líquidas, en las patéticas, en las geniales. Permítanme por su bien y el de sus hijos, nietos y por la paz de su abolengo.

Les prometo que vibro hasta sus ojos asqueado de sinceridad. Nauseabundo porque hablo con tanta verdad, una verdad objetiva y esto no está hecho para los hombres, solo para un teofago.
¡Deténganse! Interrumpan la cascada. Solo necesito de un destello de su perdida y deficiente atención. Ya después decidirán si vuelven a su país de las maravilla, heredado a vuestras mentes desde la teta de su madre. Sí, porque la mejor manera de contagiar el pavor es por entre las fauces.

Primero les diré lo que no ocurrirá.
1. No se caerá el cielo.
2. No hervirán los lagos y charcos, ríos y océanos.
3. La tierra permanecerá inmóvil, imperturbable.

¡Los jinetes murieron ya, hace muchos millones de años!

¡De dios solo quedan sus torres, castillos y elefantes de oro!

¡Deja de saltar y aplaudir y mira la calavera del que ya no te puede cuidar, del que ya no sabe tu pasado y futuro!

¡Crece!

Tu especie ha echado raíces. Tu mentira también.
Demente, escaso de memoria, así seguras. ¡Esto SI ocurrirá! ¡Seguirás desangrando el útero de tu madre! ¡Seguirás perdiendo tu tiempo! ¡Seguirás desperdiciando las vidas de tus hijos! ¡Y tu delirio aparentará no tener fin! … Claro, al menos de que te sueltes y dejes su aroma planear como papalote.

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