09 abril 2009

LUCY (Por: Magnolia Flores Tapia)



Esa chica era algo especial, Lucy creo que era su verdadero nombre. Gustaba de inventarse nombres y acentos extranjeros, cosa que hacía bastante bien. No era de este país, pero tampoco podría decir de cuál era.
Era bastante alegre para estar… tan sola, tiene 5 años viviendo en este edificio, son los mismos que tenemos de conocerla y jamás hemos visto que vengan a visitarla, ningún hermano, hermana o padre, ningún familiar. Pocas veces ha salido de vacaciones. Por suerte tiene muchos amigos y constantemente nos dice que todos sus amigos somos su familia; esa familia de la que nunca habla, aunque un dejo de melancolía siempre está ahí cuando sale a colación el tema, pero calla, al final sonríe y ninguna palabra se escapó al respecto. Incluso, tampoco le hemos conocido novio alguno, en 5 años eso sí es increíble, es una chica realmente bonita, pero suele decir que no cualquier chico la merece que ella es especial y que merece a alguien igualmente especial, y cuando ese chico llegué ella inmediatamente lo sabrá y él inmediatamente la reconocerá, que ese era su don. Un don que parecía ser sacado de un cuento de hadas.
Vivía adorando el arte y siempre traía un libro entre las manos, a veces tenía la mala costumbre de caminar mientras leía o de leer mientras caminaba. Era realmente asombroso, era como si viviera entre el mundo real y un mundo fantástico. Ella era mesera, una de las mejores; amable, atenta y siempre sabía como comportarse con la gente (yo creo que era ese su verdadero don), callaba con quien huía del ruido y hablaba con quien huía del silencio.
Mi hija Samantha la adoraba y Lucy también quería mucho a Sam, decía que era su mejor amiga y seguido estaban juntas a pesar de la notoria diferencia de edad, mi hija tenía 13 años y Lucy 26, pero se llevaban tan bien que daba gusto verlas. Una tarde llegó Lucy y encontró a mi hija sentada en las escaleras inmediatas de salida de mi departamento, sin más, se sentó junto a ella y le dijo: Hoy venía a casa y me encontré con un cafecito pequeño, bastante agradable, algún día te llevaré, es que tiene una decoración divina, muy fantástica y… estaban tocando tango, que canciones más hermosas – dijo con un fino y fiel acento argentino aprendido quién sabe dónde, después se levantó y se fue, estaba como en las nubes.
Por ese entonces Patrick, otro joven extranjero, Irlandés, vivía ahí mismo en nuestro edificio, era músico, y uno muy talentoso tocaba a la perfección 3 instrumentos y de otros 2 tenía nociones, el que más le gustaba era el saxofón, tenía 30 años aproximadamente, él también estaba solo y constantemente - según le contó a mi esposo – cambiaba de lugar de vivienda, eran ya varios los países en su haber; Grecia, Italia, España, Francia, Argentina, Canadá. Vivía justo en el departamento frente al nuestro y aunque Lucy jamás lo notó, él quedó prendado de ella.
Esa noche Patrick salió a su balcón y tocó, primero algunas especies de tangos y otras melodías preciosas, unas conocidas y otras que parecían ser de autoría propia, de ese trotamundos como él solía llamarse. Él tocó esa noche y muchas más, no importaba el instrumento, siempre iniciaba con un tango.
Era un buen chico, su mirada era muy cálida, su trato era muy amable, su mirada era un poco triste pero sus ojos eran preciosos a juego con su piel y cabello. Trabajaba en un bar y a veces acompañaba a los músicos que ahí tocaban.
El universo conspira y junta a las personas adecuadas en el momento adecuado, es sorprendente como en un minuto por diversos motivos las personas coinciden y en un solo minuto cambia la vida y dos soledades se juntan para hacer una compañía.
Era extraño que Patrick saliera de su casa a esa hora de la mañana, él iba saliendo de su departamento, yo acababa de llegar de dejar a Samantha en la escuela y Lucy bajaba por las escaleras rumbo a su trabajo… y todo paso en cámara lenta, mi presencia fue la última en ser notada pues el movimiento para bajar el último escalón de la escalera se acompasó con el movimiento para cerrar la puerta y el justo girar para que Lucy y Patrick quedaran por primera vez frente a frente.

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