10 julio 2009
¡SÍ... LO SOY! (Por: Magnolia Flores Tapia)
“No, tú no eres celosa, tú eres bien relajada, nunca me celas”, bueno, eso era lo que él siempre me decía. Mmmm si supiera. Realmente suelo ser una chica tranquila, no me gustan los conflictos, prefiero evitarlos, es por lo cual hasta el momento a nadie le he armado una escenita de celos, pero de ahí a no serlo hay un largo trecho, después de todo la ropa sucia se lava en casa.
Pues bien, suelo ser una celosa moderada, incluso a veces acostumbro celar hasta a mis amigos, creo que a todos nos pasa en algún momento cuando nos dejan de poner atención, o cuando por ejemplo no nos agrada la persona que es su pareja o simplemente no nos cae bien el amigo o amiga que empiezan a frecuentar.
No sé, la relación de él (mi novio), con ella siempre me causo celos, unos celos enormes, incluso desde antes de ser novios. Por lo general siempre he considerado que desde que éramos amigos él y yo teníamos una relación especial, y ella era la única que tenía una relación similar… ¡ay, la detestaba!... cada que veía un mensaje de ella o de él en sus paginas personales, sí de esas de facebook y similares. No es mentira, me hervía la sangre… es que con esa carita de mustia y esos mensajitos…es insoportable para mi.
Por suerte, estuve un buen tiempo sin saber mucho de ella. Mi amigo se convirtió en mi novio, comenzamos a vivir juntos y bueno, yo no sabía mucho de ella, al menos no veía los mensajes que se intercambiaban y mi vida iba mas o menos tranquila, él estaba conmigo y casi no sabía de ella, hasta que todo eso se acabó… “amor, viene mi amiga… de visita a la ciudad, la invité a cenar un día a la casa”… sentí de nuevo ese hervor, pero, que tantas idioteces no hace uno por amor… “esta bien mi amor, que bueno que la invitaste”, traté de sonar natural al decir lo anterior. No sé si me creyó, pero tampoco le canceló a ella.
Llegó el día y sonó el timbre, él abrió la puerta y entró ella… tenía una voz tan molesta, es cierto lo que dice mi abuela “cuando alguien no nos cae, nomás no nos cae y ya”, y pues ya saben, con sus chistes locales, su voz molesta, su “cariñito” por Mi novio… y yo con mi carota de seriedad entre que medio ponía atención y medio fingía una sonrisita… me estaba colmando el plato ¿por qué?...no sé, creo que solo por existir y estar ahí conmigo y mi novio y su vocecita y su “cariñito” por mi novio “su súper amigo”.
Ya solo tomábamos vino y charlábamos, bueno, charlaban. Y que se atreve a hacer un comentario mío, no me agradó en lo absoluto, ¡¿quién rayos se cree para hacer bromas acerca de mi, no es mi amiga?! solo sonreí y aguardé el momento para contraatacar, la venganza es un plato que se come frío ¿no?.
Y se presentó mi oportunidad. Tomábamos vino tinto, es difícil sacar su mancha en la ropa y más si es blanca como su vestidito ñoño… oops que torpe fui, moví la mano y tiré la copa, el contenido fue a dar a su vestido. La ayude a limpiarse y fingí un “lo siento, que torpe” mientras reía por dentro, mi venganza se cumplió. Minutos después mejor dijo irse. Él me dijo queso la acompañábamos, yo le dije que estaba cansada y que fuera él. Cuando llegó él, estaba serio, me dijo que si había sido un accidente lo del vino o no. Le inventé algo que no creyó del todo.
Sabes bien que no la soporto, pensé que lo recordabas y pensé que la soportaría pero prefiero seguir evitándola – le dije finalmente y le di la espalda. Se escuchó una risita y me abrazó de la cintura y me dijo al oído – ay celosita…
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